Una de las emociones básicas del ser humano es la ira. En
edades tempranas la ira resulta de gran importancia ya que es una emoción que
puede aparecer muy a menudo y que es importante saber reconocer y manejar para
poder llevar a cabo unas relaciones sociales adecuadas.
Habitualmente la ira, el enfado o la rabia se produce por la
frustración de no alcanzar algún objetivo o necesidad, y ello puede conllevar a
rabietas, gritos o situaciones desagradables.
En la clase de 2º de Infantil estamos trabajando las distintas
emociones para poder reconocerlas y actuar en consecuencia cuando surge cada
una de ellas y tras haber trabajado la alegría y la tristeza, nos hemos
enfrentado a la ira.
En primer lugar, intentamos que nos dijesen qué hacen ellos
cuando se enfadan pero parece que no es una emoción que reconozcan demasiado
bien, pues muy pocos supieron decirnos qué hacen cuando aparece su ira.
Al hacerles pensar sobre el color que podría tener la ira,
se centraron en colores oscuros porque según nos dijeron, la ira no puede tener
colores claros.
Respecto a los olores, su teoría es que la ira no huele bien
del todo pues la relacionaron con basura, humo, cenizas y, no sabemos muy bien
porqué con el olor de las ranas.
El sabor de la ira lo relacionan con sabores desagradables o
que a ellos no les acaban de gustar como el cardo, el carbón, las pipas malas,
el limón y los tacos (estos últimos suponemos que es porque pican)
Finalmente intentamos
reconocer en qué momentos surge nuestra ira. Tras hablar largo y
tendido, comprobamos que reconocen mejor la ira en otras personas que en ellos
mismos, pues les costó mucho saber cuándo están ellos enfadados. Con un poco de
ayuda, sugirieron que nos enfadamos cuando: no nos compran lo que queremos, no
nos dejan los juguetes, no nos dejan jugar con el móvil, me quitan el balón,
los niños no me hacen caso, no me dejan ir al parque o no me dan un
puntito-carita.
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